lunes, mayo 20, 2013

¿A qué puede aspirar Rigoberto Urán?


Si de algo me he arrepentido desde que abrí este blog es no haber hablado antes de ciclismo, y eso que es uno de sus propósitos. La causa de ello ha sido que el tiempo en que escribo aquí, no es el mismo en que cuando me surgen las ganas y el temario a tratar. Y hablar sobre victorias ciclísticas que desde mediados del año pasado abundan después que ocurren, podría interpretarse como oportunismo o conveniencia de mi parte. ¡Cómo me arrepiento de no haber explicado las oportunidades de los escarabajos en Londres 2012!
Pues bien hoy no quiero dejar de pasar esta oportunidad, y ojala mi silencio no termine siendo una cávala en favor de los ciclistas colombianos. Desde luego el motivo de estas líneas es el tercer lugar de Rigoberto Urán en la general provisional de este Giro 2013. No recuerdo momentos en donde la expectativa nacional haya puesto sus ojos puestos en un ciclista desde la época de Herrera y Parra, como ahora. Tal vez sólo se puedan registrar el campeonato mundial  CRI de Santiago Botero en 2002, y el segundo puesto provisional que alcanzó Álvaro Mejía en el Tour de Francia de 1993.
Si bien la Medalla de Bronce de María Luisa Calle acaparó el interés de los colombianos, seguramente se motivaba por el morbo que producía ver a una valerosa mujer, luchar hasta las lágrimas por un triunfo que solo ella, su técnico y familia cercana sabía cuánto le había costado.
Y siendo Colombia un país de triunfalistas y fracasados es necesario poner pies en tierra y no ilusionarnos con un triunfo en este Giro.  Y esa es mi primera conclusión. Muchos piensan que esto del ciclismo es soplar y hacer botellas. Lo mejor que le puede pasar a Rigoberto, Sergio y desde luego Carlos Betancourt es estar en equipos extranjeros, lejos de las voces aduladoras de sus paisanos.
El ciclismo no es como el futbol. Su diferencia radica esencialmente en que uno es deporte y otro juego. En el fútbol se puede ganar y perder un partido en un solo segundo. En el ciclismo en cambio solo se puede perder. Una caída –no hay arbitro que pare la competencia y espere al sin suerte se reincorpore– podría significar el final de una carrera, de toda una temporada. A mi juicio es la única forma en que Rigoberto puede ganar el Giro 2013. Y aunque ni él es Eddy Merckx ni Nibali Luís Ocaña, la experiencia vivida por ellos a causa del accidente del segundo en el Tour de 1971 muestra que esos lideratos ganados por caídas no valen nada, y los triunfos mucho menos. Además, las posibilidades que esto le ocurra a Nibali, son las mismas que tiene Urán. Así que ni modo, no hay rosa para colombiano en 2013.
Esto último se entiende debido a que Nibali está en la mejor edad para el ciclista –de los 28 a los 30– y a que tiene ya una vasta experiencia para pelar hasta el mismo Tour y ganar grandes vueltas. Se llevó la Vuelta a España e hizo podio en el Giro en 2010, del que fue subcampeón en 2011. Y de no ser por él, siempre valiente siempre al ataque, el Tour del año pasado hubiera sido más aburrido de lo que fue, ante la aplanadora del Sky. Además tiene la afición en su apoyo. La mejor muestra de lo que pueden hacer los italianos porque uno de los suyo gané y no un extranjero, lo vivió Laurent Fignon en el 84.
Pero Cadel Evans es quien más aguante tiene en cuanto a la experiencia. No por lo que ha ganado, sino por lo que ha perdido. Dos tour en el penúltimo día (2007 y 2008), y una vuelta por un pinchazo (2009), y como 6 Dauphiné Liberé –siempre segundo–. Ello le sirvió para ganar el Tour de Francia de 2011, siendo el segundo de mayor edad en coseguirlo en más de un siglo de historia. A pesar que Andy Schleck fue el héroe en el Galibier aquel año –la etapa más fenomenal que he visto en mi vida–, pocos se han dado cuenta del coraje y valor puesto por Cadel en su persecución, con el mundo venido encima. Ello le valió el Tour. A pesar de todo eso, la edad ya juega en su contra. Tener poco equipo que le respalde, hace que una fatiga física sea posible y en cualquier momento se desfonde, como el año pasado en el Tour.
En cambio Urán no tiene experiencia como capo en una grande. Sí, él es como pocos un todo terreno, capaz de disputar vueltas de una semana y carreras de un día. Al sol de hoy es el único escarabajo que ha sido podio en un monumento del ciclismo (Il Lombardía en 2008 y 2012). Ningún colombiano iguala su experiencia europea a su edad. Pero una cosa es atravesar los pirineos y las dolomitas escapado, como gregario o a la expectativas de los líderes, cosa última que hizo el año pasado, y otra es hacerlo en frente al pelotón. Similares retos enfrentaron en su tiempo Miguel Induraín, Oscar Pereiro y David López.
Pero en todo caso, si Rigoberto quiere ser sub-campeón del Giro –y he aquí mi segunda conclusión– no puede sólo jugar al error del contrario. Debe atacar. Su primera oportunidad, y así lo ha dicho es la cronoescalada del próximo jueves. Son 19.4 kms. con final en Polsa, de los cuales ninguno es llano. He aquí la no desventaja para Urán, que en la lucha contra el crono no ha avanzado tanto como Sergio Henao. Del inicio a la primera cima hay 8 kms, tendidos no tan parados (6.1 kms), para luego encarar unos columpios que dan vía a 7 kms finales con pendiente media del 6.8%, teniendo nada más una rampa del 10%. Rigoberto solo ha afrontado una crono para arriba en su vida: fue precisamente en el Giro de 2010. Más precisamente en Plan de Corones, mucha más dura que la del próximo jueves. Aquella vez, junto con el ganador Garzelli fueron los únicos no favoritos en entrar en el Top-Ten de la etapa. Este jueves puede sacar una gran tajada, sobre todo a Cadel, que si bien fue segundo en Plan de Corones., tiene 10 años mas que Urán..
Personalmente creo que esta puede ser la etapa para Carlos Betancourt. Que los expectadores de última hora no caigan en la trampa de creerlo segundón. En las tres etapas en que ha llegado tras el ganador, dos veces se ha encontrado con un escapado, y la otra con Rigo, a quien no podía atacar. Realmente nunca ha disputado una etapa, cuando atacó ya estaban saldadas a favor de otros
La etapa del viernes se presenta como un cuchillo mortal: con dos hojas y sin mango. Se tiene planeado subir el Gavia y el Stelvio –el techo ciclístico de Europa–. Para que Rigoberto gané tiempo en esta etapa debe salir un sol resplandeciente, que permita el desarrollo muscular del escarabajo en plena ascensión. La altura de estos dos colosos debe ser aprovechada por los colombianos para ahogar a los europeos. Lo tendido que es el Stelvio ayuda en especial a los del Coldeportes-Colombia. Si logran romper el grupo o dejarlo sin fuerzas, la subida final puede ser el ataque a Cadel Evans.
Si ello se presenta así –por lo menos el agotamiento físico–, dudo que en las Tres Cimas del Lavaredo pueda hacerse algo importante. Sino, caso en que haya nieve y se suspenda la subida al Gavia y el Stelvio, el Lavaredo será un sálvase quien pueda.
Esta cima ha sido final de etapa en 5 ediciones del giro (67, 74, 81, 89 y 07), y apenas ha conocido un ganador italiano, que lo fue Felice Gimondi, debido a la descalificación de Ricco la última vez. También allí fue la primera vez en que un colombiano demostró que los escarabajos excepcionalmente funcionaban bajo el frío. Aquel año de 1989 Luís Herrera entró al olimpo del ciclismo al ser el segundo trepador en ganar la montaña en las tres grandes. Considerando que Italia lleva 46 años sin ganar en el Lavaredo y Colombia solo 24, estadísticamente Rigoberto tiene las de ganar. En todo caso este dato histórico, no anecdótico, lo debe tener Rigoberto bien claro en la cabeza.
Tomando las cosas en serio, esta etapa tiene todo lo que exige una que aspire a llamarse mítica: 3 colosos antes de la llegada en alto, los finales 20 kms duros, y de ellos los 7 últimos infernales. Será ciclismo 100% puro, ojala salga el sol.
No he querido resaltar a Mauro Santambrogio que está a un solo segundo de Urán, por tener algunos de sus defectos y ninguna de sus virtudes. Siempre ha sido gregario de un gran capo, sin oportunidades propias. Ninguno de sus triunfos puede compararse con los de Rigoberto. Pero tiene un gran aliciente: esta puede ser su única oportunidad de demostrarse que sirve para algo en el ciclismo. También está en su tierra, por ello es peligroso a pesar de la carencia de un equipo que le respalde.
Con todo lo anterior, esta es la mejor posibilidad que ha tenido un escarabajo en ser podio en el Giro, el único al que no nos hemos subido.

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