jueves, octubre 15, 2015

LA INDOLENCIA FRENTE A LOS CORREDORES DEL TEAM COLOMBIA

El Team Colombia es parte del pasado. Esta semana su patrocinador principal ha informado la no continuidad de su aporte completo, y la estructura italiana por falta de previsión, gestión e interés no ha logrado obtener un segundo patrocinador, ni en Colombia ni mucho menos en Italia, muy a pesar de la existencia de otros anunciantes en el maillot colombiano en las temporadas que estuvo activo.
Ya se han hecho muchas denuncias por las redes sociales de algunos de quienes fueron sus ciclistas, unos guarecidos por el anonimato y otros con la libertad que les da no depender más de una estructura italiana sin corazón, conocimiento y dedicación hacia ellos, acerca de la incompetencia generalizada con la que fueron orientados.
Desde esta venta independiente, sin ataduras de patrocinadores ni la mordaza de la publicidad o las ventas, que es la Ruta del Escarabajo hemos hecho nuestro análisis sobre la ruina deportiva en que terminó siendo el Team Colombia por gracia de la pésima gestión de Claudio Corti y el mínimo interés de los dirigentes nacionales en realizar un proyecto serio –estos últimos parecen autistas, con el respeto que los autistas se merecen–.
Gustavo Duncan ha desvelado las estratagemas y corruptelas realizadas por Héctor Urrego, el más tradicional periodista ciclístico colombiano en activo, en defensa de las desgracias de Corti. A partir de la información hecha pública, puedo formarme la opinión de que se está ante un periodista que tiene precio.
En esa lluvia de desinformación e información apareció un un inquietante reporte periodístico en el diario El Tiempo sobre el fin del Team Colombia elaborado por Lisandro Rengifo, su redactor experto en ciclismo. Es claro que él no comparte la línea editorial que aquí nos hemos formado. Está en libertad de hacerlo.
Sin embargo, para desmarcarse de nuestras opiniones que son compartidas por nuestros foristas y lectores suelta el siguiente hilo argumentativo:
Parece ser que este tema es igual al del año pasado: a pesar que –muy seguramente– los ciclistas del Team Colombia son trabajadores de la estructura de Claudio Corti, y por tanto es él quien les debe responder por sus salarios, Coldeportes no ha desembolsado su dinero como patrocinador para sufragar esta violación.
Si Héctor Urrego ha fungido de defensor de Corti, Lisandro Rengifo lo hace del Gobierno Nacional –al que pertenece Coldeportes–. Y en ese camino es capaz de ponerse de espaldas a los corredores el Team Colombia al decir que por ser regular y generalizado el irrespeto de los derechos laborales por parte del Gobierno colombiano, ellos no deben por qué molestarse, ni nosotros, como periodismo independiente, tenemos razón en escandalizarnos.
No sé si El Tiempo, históricamente dedicado a sobar el saco del poder, quiera edificar un monumento a la indolencia, pero Lisandro Rengifo ha puesto la primera piedra. Hiere la dignidad humana que un periodista con tanta cobertura sea tan indiferente a la situación de miles colombianos que se vinculan a trabajar con entidades públicas y ven ultrajados sus derechos laborales.
Porque si en algo tiene razón Lisandro Rengifo es en que como los ciclistas del Team Colombia, hay muchos más colombianos. Solo basta ver los miles de procesos laborales por medio de los cuales los contratistas del Estado reclaman sus derechos violados por relaciones laborales encubiertas por contratos de prestación de servicios, con lo que se evade el pago de las prestaciones sociales, o por los procesos de tercerización que minan un empleo estable y decente.
La relación con el poder público no puede edificarse verticalmente, en donde el Estado esté primero y las personas después. No se puede, sin ser algo más que abúlico, tomar partido por un Estado que obvia sus obligaciones y olvidarnos de aquellos que sufren por ello.
Lisandro Rengifo podrá no tener precio, pero es un periodista sin corazón.

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