WHERE IS NAIRO?
Los
famosos del Jet-Set, cantantes y actores en especial, suelen unirse a campañas humanitarias
o sociales a fin de recolectar recursos o promover una idea de paz en momentos
de especial necesidad. Desastres naturales, hambrunas y conflictos políticos
son el escenario natural para que ellos desplieguen su “solidaridad” ante los “menos
favorecidos” o por “una justa causa”. Es
una forma de devolver en parte la suerte o el éxito profesional de sus vidas. Sus
consciencias también resultan un tanto aliviadas.
Las
ganas se juntan con el apoyo institucional –del Estado, organismos
multinacionales, grandes entes privados– y el éxito está casi que asegurado.
Prueba de ello son los conciertos “Paz sin fronteras” promovidos por Juanes
realizados en Cucutá y La Habana.
Pero,
¿qué debe hacer una superestrella nacional ante un conflicto social interno? La
respuesta es difícil, y más si se trata de deportistas. Ellos más que el mismo
Presidente de la República posibilitan la unidad nacional. En nada se diferencia
el grito de júbilo, de un godo o liberal o un de derechista u izquierdista, ante
el triunfo de uno de los nuestros.
En
estos momentos el país afronta un Paro Nacional de diferentes sectores, con
principal participación del agrario, que se ha desarrollado con gran fiereza en
Boyacá.
Ni
siquiera hace dos semanas, Juan Manuel Santos recibía a Nairo Quintana, uno de
los principales hijos de esa tierra campesina, para felicitarlo por lo obtenido
en el Tour de Francia. Como ya había hecho en 16 oportunidades con otros
personajes, Santos lo condecoró con la Orden de Boyacá. Con igual arrojo con el
que se enfundó el maillot à pois, hoy
saca el puñal escondido debajo de éste para mancillar la dignidad de un pueblo
trabajador.
Esta
actitud hipócrita no ha pasado desapercibida por los colombianos. En redes
sociales –las plazas públicas del Siglo XXI– circulan Memes que reprochan el
proceder presidencial. “Para que Santos respete a un boyacense es necesario que
gane una etapa en el Tour de Francia”, es una de las leyendas.
Creo
que hay que cambiar el punto de análisis de la relación y preguntarse, ¿Qué ha
hecho Nairo Quintana por sus paisanos? El día de su recibimiento en Tunja, ante
un parque principal lleno dijo “Muchas gracias a toda mi gente,
soy del pueblo y a todos los quiero mucho”.
Ahora
su pueblo es vilipendiado por los escuadrones de la ESMAD, ignorado por Santos
y echado a su suerte por los medios de comunicación. Él sabe que la agricultura
y el deporte son olvidados por los mandos gubernamentales. Debe conocer también
las agresiones que ha sufrido su gente. Es imposible que al salir a entrenar no
se encuentre con barricadas de campesinos en pie de lucha.
No
quiero ser verdugo, pero cómo dice el dicho “Piensa mal y acertarás”. Así se
me viene a la cabeza que Alfredo, el mayor de los hermanos Quintana, es Soldado
Profesional del Ejército Nacional, que alguna vez leí que por gestión de Nairo
no “chupa” tanto monte, y que uno de los muchos reconocimientos dado al
escarabajo de oro fue la medalla “Fe en la causa”.
No
pienso que Nairo deba salir y dirigir los piquetes de boyacenses, ni gestionar
una cita de sus dirigentes con Santos. Con exigir respeto por la integridad
física de los protestantes bastaría. Su silencio en cambio, resulta defraudador.